sábado, 12 de noviembre de 2011

NO SE LO DIGAS A NADIE

Cuántas veces habremos empleado esta frase y, sin embargo, somos nosotros los primeros en hacerlo.
Recuerdo en la serie de televisión sobre la vida de Santiago Ramón y Cajal cuando le dicen que le han concedido el premio Nobel, y él acude a su mujer y  dice: "No se lo digas a nadie, pero nos han dado el Nobel". 
No sé si esa frase es ficción o realidad, pero si ese algo fue tan público, ¿qué ocurre con las cosas que comentamos para después añadir esta coletilla?.
Podemos creer que es una frase de niños y sus juegos, pero sería engañarnos a nosotros mismos. Siempre hay algo, ya sea de nuestra propia vida o de la vida de otros, que queremos comentar con alguien, y es entonces cuando empleamos la dichosa frase.
Creo que de niños es una frase sin maldad, los niños no la tienen. ¡Cuánto deberíamos aprender de ellos!. 
En nuestras palabras y, sobre todo, si nos referimos a algo malo de otra persona o que le puede perjudicar, siempre comenzamos nuestro relato con "no se lo digas a nadie".
Desde hace unos meses y, tras una serie de circunstancias que no vienen a cuento, he decidido no volver a emplear esta maldita frase. 
Lo que quiera decir lo diré y si la persona a la que se lo he dicho quiere trasmitirlo, que lo haga. A decir verdad, desde el momento en que empleamos la frase, sabemos que, en breve, va a estar en boca de muchas personas.
No puede condicionar a nadie a expresar lo que quiera; para eso prefiero quedarme callada.
No hay un bien más preciado que el silencio pero, entre tú y yo, esto, no se lo digas a nadie.

2 comentarios:

  1. ¡¡ Es verdad !!. Esa maldita frase coarta la libertad del ser humano. Si no quieres que lo diga,no me la cuentes.Al hacerlo me pones en la tesitura de decidir yo el decirla o no y si será conveniente comentarlo. Y la verdad ya tengo bastantes cosas que me frenan como para adquirir las de otros. A mi cuando me sueltan esa coletilla ,lo primero que digo ¡¡no me la cuentes!!. Y si me lo cuentas me inhibo de esa responsabilidad. Verdad es también que hay gente que les pesa el saber algo ,no les deja vivir a gusto y necesitan descargar,su conciencia y aliviar esa responsabilidad que les ahoga.Pero diablos las as dela veces son cosas insulsa propias del chismorreo.Pero otras las menos asustan por su transcendencia y entonces te ahogan a ti. En fin que es una carga innecesaria. Así que de acuerdo con este relato. La gente debería de pensárselo mucho antes de decir el asunto en cuestión o esa maldita frase

    ResponderEliminar
  2. Real como la vida misma, Pilar ... Estamos en un país de comadreo, sin duda.
    Y por supuesto, la frase sobra: sí quieres que nadie se entere, mejor no contar nada.

    ResponderEliminar