miércoles, 16 de noviembre de 2011

PLOF

Hay días en que uno se levanta triste, pero no le importa que le cuenten un chiste o le hagan alguna broma para reírse un poco.
Días en que nos quedaríamos en la cama completamente apáticos, pero si nos quedamos tumbamos, tenemos un gusanillo dentro que nos dice que hay que levantarse y comerse el mundo.
Días en que ir al trabajo se hace algo aburrido y monótono, pero a la vez son los días en que mejor funciona todo.
Días en que no te apetece hablar con nadie, ni tan siquiera saludar, pero de repente llega la persona que hace que tu conversación sea más fluida y más intima, más agradable, y esperas que esa tertulia no termine nunca.
Días en que levantas la persiana, ves nubes y te cabreas porque hasta el cielo está en tu contra, pero en cuanto sale un pequeño rayo de sol, deseas que se cubra para volver a las nubes que abrigan tu intimidad.
No creo que exista una definición para ese estado de ánimo, más bien es imposible definirlo.
Hace muchos años me inventé un término para esa "situación" y decidí que a partir de entonces estaría viviendo uno de mis días plof. 
Son días maravillosos en que te descubres a ti mismo pero confundes a los demás.
Todos hemos tenido algún día plof y lo seguiremos teniendo; disfrutemos de ellos, realmente es cuando mejor sabremos cómo somos nosotros mismos.

3 comentarios:

  1. Esos días existen, y es posible que sean necesarios: así aprendemos, sin duda, y maduramos.

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  2. Curioso, yo los llamo: días "Chof".
    No dejes de escribir =)

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  3. sin esos días que te gustaría morirte y envolverte en una manta y cuando lo haces te das cuenta de lo feliz que eres y de lo bella que es la vida

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