domingo, 6 de noviembre de 2011

QUIERO SER UN PAYASO


 El circo es uno de los espectáculos que menos me gusta. Sí que me atraen los trapecistas, los acróbatas; pero si hablamos de los animales y los payasos, la cosa cambia.
He ido una vez al circo en toda mi vida y aún recuerdo cómo todos los niños se reían del payaso, mientras yo lloraba y mi pobre abuela intentaba consolarme.
Con el paso del tiempo descubrí que mi llanto se debía a que una persona estaba haciendo el ridículo, mientras los demás se mofaban.
¡Qué sentimiento más extraño es el ridículo!. ¿Quién no ha tropezado en la calle y ha avanzado unos metros como un pato antes de caer al suelo? ¿Quién no ha estornudado en el momento más inoportuno y de su nariz ha colgado alguna vela?.
Situaciones que nos han ocurrido a todos y que, con toda seguridad, se repetirán a lo largo de nuestra vida.
No es éste el ridículo al que yo me refiero, es el que nos ponemos nosotros mismos; el que hace que nos veamos feos, gordos y nos sintamos inferiores a los demás; el que provoca que nos callemos en una tertulia por el miedo al “qué dirán” cuando yo exponga mi opinión; el que nos hace no entablar una conversación con alguien por temor a que piense que busco algo más que pasar un rato distendido.
Realmente nuestro ridículo, ése que nosotros mismos creamos y que es completamente infundado, es el que nos convierte en payasos; el que no nos deja quitarnos el maquillaje de la eterna sonrisa y dejar ver nuestro verdadero rostro.
Quiero ser un payaso; quiero quitarme la careta y mostrar mi cara limpia sin miedo a que nadie se ría de mí; quiero ser la primera que se carcajee con mis propias acciones, porque serán mías, las que yo he decidido hacer o decir, no aquellas que los demás esperan de mí.

2 comentarios:

  1. Todo el mundo tenemos algo de payaso. Nos gusta evadirnos de la realidad, Sacar el niño que llevamos dentro,pero como tu dices tememos al ridículo. No sabemos reírnos de nosotros mismos y de los demás con los demás. La vida nos quita el niño que llevamos dentro. Y eso no es nada bueno nos hace ser mohínos,desconfiados. Al perder al niño perdemos la inocencia. Mira los hay tremendamente tímido debidos a defectos ,que servían de mofa y escarnio, Por su tartamudez,por sus ojos achinados,hay mil motivos,a cada cual es mas cruel para los demás , cuesta mucho admitirlos convivir con ellos parece que se superen pero en realidad no es así.Aparentemente si,pero están dentro adormecidos siendo un lastre toda la vida.

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  2. Todos necesitamos aprender a reirnos de nosotros mismos. Además un payaso es alguien dispuesto a hacer lo que sea, incluso el ridículo, por lograr la felicidad de los demás, y eso no es más que una forma de amar.

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