Soy una ciudadana de a pie. Una persona normal y corriente de las que nos podemos encontrar en las calles de nuestras ciudades o pueblos. Me siento privilegiada por tener un trabajo, que es por horas, pero es un trabajo.
Por primera vez y, en lenguaje coloquial, me voy a mojar.
Estoy cansada de tanta hipocresía, de tanta mentira, de tanto tomarnos el pelo.
Un señor, cuya fortuna está colocada en el número 134 de las mayores del mundo, dice "lo siento" y ya todos tenemos que estar de acuerdo y agachar las orejas y seguir manteniendo a una familia, si es que se le puede llamar familia ya que cada uno va por su lado, que a mí no me representa como española. Esos señores que pregonan en sus campañas electorales la solución a todos los problemas (los nuestros, porque ellos parece ser que no tienen a la hora de vivir el día a día) tampoco hacen que me sienta representada más allá de mis queridos pirineos. Prefiero ver a los jugadores de las selección de fútbol, a Rafael Nadal, a Fernando Alonso y a otros grandes deportistas enarbolando la bandera de mi país y escuchando con lágrimas en los ojos nuestro himno. Prefiero escuchar a cantantes como Julio Iglesias, Montserrat Caballé, Plácido Domingo, etc, entonando sus canciones y recordando sus orígenes en este país, el suyo y el mío. Prefiero a los científicos que han tenido que marchar al extranjero, y siguen añorando su patria, y ahí donde están trabajando para hacer un bien a la humanidad, siguen recordando su tierra, esa que nosotros pisamos todos los días y a ellos les queda tan lejos. Prefiero a los grandes escritores, a los pensadores.
No entiendo nada de política y, sinceramente ha llegado un momento en que tampoco me interesa, porque vivo en un país en el que la corrupción está a la orden del día. Porque los de "arriba" pueden hacer lo que les pase por sus honorables partes sin que nadie diga nada y, los que estamos "abajo" protestamos, pero con cuidado, no sea que nos imputen por insultos a alguien y terminemos entre rejas o pagando una multa que nos sirve para vivir o, mejor dicho, para sobrevivir.
Me canso de políticos que prometen y nunca cumplen, porque con los años que tengo, he oído ya demasiadas promesas que nunca se han llevado a cabo, pero eso sí, ellos tienen sus bolsillos bien llenos y no sacan el papel para hacer cuentas e intentar llegar a fin de mes.
Seguimos viviendo en el país de la dedocracia y no tengo que alejarme de mi ciudad para dar fe de ello. hay un dicho: "que jodido es ser de Huesca y tener memoria"; pues yo la tengo y podría hablar de los que representan a mi ciudad y a mi comunidad, pero el miedo es mayor y no me la juego.
Me siento española, me siento oscense y aragonesa, pero porque amo estas tierras, sus gentes, sus contrastes; porque confío en la justicia y en su independencia y porque como reza otro dicho "a cada cerdo le llega su San Martín".