martes, 15 de noviembre de 2011

GRANDES DESCUBRIMIENTOS

No tengo nada en contra de la ciencia, todo lo contrario: me parece impresionante y digno de admiración algunos de los descubrimientos que hacen.
Sin embargo creo que en nuestra vida hay otros descubrimientos más importantes. Los que somos personas de a pie nunca olvidaremos el día en que descubrimos que esa cajita que guardaba mamá en uno de sus cajones "personales" contenía todos los dientes que se nos habían caído. En ese momento se mezcló la alegría de volver a recuperar algo que era nuestro, con saber que habíamos sido un poco tontos buscando al Ratón Pérez por los bolsillos de la americana de papá.
Ni que decir tiene los días de campo en primavera, cuando mirábamos al cielo para ver pasar una cigüeña con un paquete en el pico y pensar dónde llevaría ese bebé y suplicándole que, por favor, apretara bien el pico para que no se le cayera. Los compañeros del cole se encargaron de enseñarnos la realidad, ya que en mis tiempos, no era un tema de conversación entre padres e hijos, ni se daban clases de educación sexual.
Pero el gran descubrimiento de nuestra vida fue saber quiénes eran los Reyes Magos. Nunca olvidaremos la cara de la persona que nos lo dijo, por muchos años que hayan pasado; nunca olvidaremos a nuestros padres confirmándonos la terrible noticia que nos negábamos a creer. 
Seré una ingenua o quizá no quiero olvidar a la niña que llevo dentro de mí, pero cada vez que a mi hija se le cae un diente, el Ratón Pérez viene por la noche y se lo lleva, dejándole un regalito. Ahora soy yo la que tiene la cajita con todos sus dientes, pero la tengo bien alta, para que no llegue a cogerla. 
Este fin de semana hemos estudiado el aparato reproductor, así que de la cigüeña mejor ni hablamos.
Lo que nunca dejaré que olvide será la mágica noche de los Reyes Magos. Yo la sigo viviendo con la misma intensidad que lo hacía de pequeña; sigo esperando esa pequeña tontería que no sé lo que es, pero que lleva mi nombre escrito; sigo yendo a ver la cabalgata y a gritar como una loca para que Sus Majestades me miren y me saluden.
Quizá mis deseos para los Reyes no sean los mismos de cuando era niña, pero siguen siendo eso: deseos y sueños. 
Sólo espero que el día de mañana mi hija tenga los mismos hermosos recuerdos que tengo yo, no por el hecho de que le han traído cosas carísimas o todo lo que ella había pedido, sino porque dos personas, su padre y yo, por una noche y por todas las noches y los días, hemos procurado ser los reyes magos de sus sueños, al igual que nuestros padres lo fueron de los nuestros, y ese sea su gran descubrimiento.

5 comentarios:

  1. Yo también me apunto a esos descubrimientos, Pilar.

    Ah, y los Reyes Magos deberían existir ... bueno, tal vez existan ;).

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  2. Creo que al igual que tú con los Reyes Magos, a mucha gente le pasa con nuestra "democracia".

    Saben que no existe, que son los banqueros, pero trae tan dulces recuerdos que much@s piensan que es mejor vivir en ese mundo paralelo imaginario que en la cruda y fría realidad.

    Es cuestión de aptitudes hacia la vida. Sólo que los despiertos no podemos luchar solos, y necesitamos soñar desde la realidad, con los pies en la tierra, conscientes de que si queremos una democracia en lugar de la mentira, tendremos que unirnos, lucharla y construirla.

    ¡Vamos, ánimo! Soñar futuro es mucho más bonito que soñar mentiras.

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  3. Modestino, sí que existen en todos y cada uno de nosotros, sólo tenemos que dejarlos salir y hacer su labor.

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  4. Pensar en reyes magos ,en el ratoncito Pérez eso nos retrotrae a épocas muy lejanas donde la imaginación era dueña de nuestros sueños.La gente que es capaz de creer en ello esa es la gente que puede levantar un país pues su sueños no tienen limite.Cada un de nosotros deberíamos de llevar un rey mago o un ratoncito esa es la gente buenas por derecho,espero no perder esa parte noble que auún queda en mí

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  5. Perdu, los reyes magos no son de otras épocas, cada año vuelven a nuestras casas

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