sábado, 1 de octubre de 2011

SOY FATA, Y?

Pues sí. Definitivamente he dejado de ser oscense y he pasado a ser fata, y?.
Cuando me levanto por la mañana, me gusta que , antes de salir, todo se quede bien escoscao (limpio); nunca me ha gustado irme al trabajo sin que todo estuviera en su sitio. Así que si el momento lo precisa, escobo un poco, recojo la basura con el badil y todo para el pozal.
Si para ir al trabajo tengo que ir por el Coso, voy como el Papa en el papamóvil, saludando a un lado y a otro y si, por casualidad, veo a alguien a quien tengo que decirle algo y hace días que no veía, pues me paro y los de detrás…. que piten y esperen, ¿qué es lo peor que puede pasar? pues que se monte un superatasco de cinco coches.
Al llegar a mi trabajo saludo, como manda la educación y después me subo para arriba. Evidentemente no puedo subir para otro lado, pero los fatos tenemos esa sana costumbre muy bien arraigada.
Lo más probable es que alguno de los lapiceros que emplean mis alumnos esté sin mina, así que a buscar el tajador y a tajarlo.
Siempre falta alguna fotocopia y no queda más remedio que bajar para abajo (ver anterior, pero en dirección contraria) que es donde está la fotocopiadora.
Sigo con mis clases y si tengo algún rato libre, que son los menos, nos vamos con los compañeros a la sala de profesores a tomarnos un café y a alparcear (cotillear) un poco. Sinceramente se alparcea mejor en la calle, sentados en un velador echando una caña, pero…….
Cuando el último alumno se ha ido, salimos todos para afuera (sin comentarios) y cada uno para su casa.
Sienta bien un pollo a la chilindrón, pero este plato lo solemos dejar para San Lorenzo. Por cierto, soy de las que se sigue emocionando el día 10 de agosto al oír la música de los danzantes y se le escapa alguna que otra lágrima.
Esa mañana es la mejor del año. Es estar todo el rato cogiendo capazos (hablando con unos y otros) y así llegar hasta la hora del vermú, en que nos dirigimos al tubo y nos comemos unas gambas con gabardina y una caña.  Echo de menos los pimientos del “Monteros”, pero todo tiene que evolucionar.
Poder entrar dentro (ejem) de un bar es tarea harto difícil; te sueles llevar algún empentón (empujón) y la caña se te cae por encima de la ropa tan blanca con la que habías salido de casa. No hay problema, es San Lorenzo, y eso demuestra que has estado en el vermú.
Soy fata hasta la médula, tanto que, a  pesar de protestar y decir que en esta ciudad no hay nada, no me he ido y sigo aquí y espero seguir por muchos años.

2 comentarios:

  1. Es un bello relato e las ilusiones y anhelos y por primera vez en tiempo me he quedado sin saber que decir o escriblr. Pero he querido decir algo aunque solo sean dos letras Sigue así Pllar

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  2. No he podido contener alguna que otra carcajada al leer "entrar pa' dentro", "salir pa' fuera" "alparcear", y demás palabras y expresiones que son de aquí; al igual que no he podido evitar el sentirme cercana.
    Por que sí, soy fata, ¿y?

    (Te superas =) )

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