lunes, 10 de octubre de 2011

SIEMPRE SOY EL MALO

Desde que yo recuerdo, mi vida ha sido ir de un lado a otro en busca de algo bueno.
No tengo la culpa de que me señalen con el dedo y digan:”Mira, otra vez viene contando cosas malas”.
Creo que nací gafe.
Todos los días salgo de casa cuando aún es de noche, da igual que sea invierno o verano, otoño o primavera, siempre es de noche; y entonces, espero a que se haga de día para empezar a encontrarme con otros.
Él siempre es el primero que viene a buscarme.
Somos amigos desde hace tiempo y nunca falta a su cita diaria. Yo le espero impaciente. Sé que en cuanto salgan los primeros rayos de sol estará ahí. Después nos iremos a dar un paseo y a hacer alguna compra y, lo mejor de todo, ir a su casa.
No me gusta estar en la calle. Sé que algunos me miran mal. ¡Yo no tengo la culpa de que pasen cosas malas!, pero para muchos soy el culpable.
Para él no. Me trata con delicadeza, aunque alguna vez le he visto fruncir el ceño mirándome.
No me gusta ver esa expresión en su cara. Prefiero cuando alguna vez me mira y se sonríe.
Su mujer le suele preguntar por qué me tiene tanto cariño y él, con una sonrisa le contesta: “Mujer, tantos años juntos, no lo voy a dejar tirado”.
Eso es lo que más me gusta. Somos fieles el uno al otro. No sabría decir cuando fue la primera vez que nos vimos, pero creo que yo era aún muy pequeño, o más bien, lo éramos los dos. Por aquel entonces  sus dedos no me acariciaban como ahora, si no que me pellizcaban e intentaban arrancarme un trozo de piel. Hasta hubo veces en que me mordió y entonces sí que me arrancó la piel.
Pero todo aquello estaba perdonado. Los amigos lo perdonan todo.
Ahora él peina canas y yo, no sé a qué se debe, sigo igual que siempre. No he hecho nada para que la juventud se quede conmigo. Quiero que a él le pase lo mismo, que no envejezca nunca; pero lo había hecho.
Sé que él se va a ir, que me dejará algún día y, antes de que lo haga, me apetece decirle algo bonito, algo que alegre la vida de su mujer y la suya, una vida dura, llena de penurias y privada de cualquier tipo de lujo por la escasez económica.
Y ha llegado el día. Lo he sabido en cuanto he visto a su mujer que venía a buscarme. Me ha mirado y ha visto que no soy tan malo: junto a la esquela de su marido, mi amigo, están los números de la combinación ganadora que la han hecho rica.
Ahora podrá llevar una vida desahogada y darle a su marido un merecido descanso.
Lo que espero es que siga viniendo ella todos los días a buscarme y siga pensando que no soy tan malo, porque, al fin y al cabo, yo no tengo la culpa de las noticias que se publican en mis páginas.

3 comentarios:

  1. perdulario dijo...
    Bien fata bien,te has lucido.Ahora si esperas que no escriba nada vas de lado,Eso de decir que yo soy el malo es una actitud penosa por tu parte, seguro que cuando me lees lo haces por las esquelas o los sucesos. Oño así cualquiera me encuentra malo.¿No recuerdas cuando publiqué la lista de unas oposiciones y tu estabas ahí de las primeras aprobadas?¿O cuando leistes aquella maravillosa noticia que enterneció tu corazón?.¡Eso no cuenta! Tu empecinada en lo mismo esquelas y sucesos. Con personajes como tu arruináis mi credibilidad. Pongo noticias deportivas,crónicas de sociedad, Por que si vamos a las políticas o de las del mundo ahí aún a mi pesar he de darte la razón. No son muy HALAGÜEÑAS QUE DIGAMOS. O si te metes en las páginas de tribunales ves entrar y salir a los malos (esos si lo son)mientras jueces y fiscales ,por falta de testigos o pruebas consistentes o aún utilizando las leyes no pueden atajar esta marea de delincuencia.Pero vamos a lo nuestro.Espero por mi bien que en otra ocasión me dejes mejor no soy ni tan malo o tan bueno .Solo soy lo que vosotros queréis escribir o leer. Espero haber satisfecho tu insana curiosidad
    10 de octubre de 2011 09:13

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  2. Perdu, he borrado tu comentario sin querer,y no sé cómo lo he recuperado. Menos mal !!!!!

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