jueves, 27 de octubre de 2011

IR DE BODA: NO GRACIAS


Me pregunto qué sociedad estamos creando en la que un acontecimiento que, en teoría, debería ser de alegría para todos, nos crea un trauma.
Cuando un familiar o amigo conoce a alguien y comienzan una relación de pareja les deseamos toda la felicidad del mundo; ¡cómo cambian las cosas cuando deciden casarse y, lo que es peor, nos invitan!.
En conversaciones con los amigos nos alegramos cuando, al comenzar un año nuevo, decimos: "¡Qué bien, este año no tengo ninguna boda!".
La boda de un ser querido ya no es un día para disfrutar y alegrarse por el comienzo de la vida en común de dos personas, es plantearse desde el momento de ser invitados lo que nos va a costar: el regalo, la ropa (si eres mujer indudablemente no puedes repetir modelo), peluquería y, si para colmo es fuera de tu lugar de residencia, los gastos del viaje y el alojamiento.
Y llega el gran dilema: ¿cuánto dinero les damos?, porque ahora ya no hay listas de bodas como antaño; así que como mínimo nos tenemos que pagar el cubierto más un extra, lo cual añadido a los gastos anteriores, supone una gran bofetada a nuestra economía.
Todo son preocupaciones: el modelito de rigor, regalar la cantidad de dinero apropiada, buscar hotel,…… y para colmo, aguantar a gente que no soportas y que encima, ponen en tu misma mesa.
Si además te piden que tu hijo o hija sea paje o dama de honor, te tiras de los pelos: tienes que elegir un modelo que sabes que nunca le volverás a poner, por mil arreglos que le hagas, pero eso sí: “¡Qué mono está!”; al fin y al cabo para lucirlo treinta segundos y machacarlo después jugando.
Doy gracias a mis familiares y amigos por estar todos casados o no tener intención de hacerlo. Y a los que estén pensando en llevarlo a cabo, por favor, es un día para estar felices no para ser una pasarela de modelos o un negocio en pequeña escala.

5 comentarios:

  1. Es la sociedad de consumo, amiga Pilar. Los hombres tenemos la ventaja de que podemos repetir traje, total tampoco se van a fijar.

    Y lo malo es que la gente se queda en lo accidental y se olvida de lo importante.

    Eso sí, amiga, yo intuyo que a la vista de como eres tienes casta para saltarte a la torera unas cuantas cosas y a presentarte en una boda repitiendo "modelete" y quedándote tan ancha.

    ResponderEliminar
  2. Eso no lo dudes Modestino, tengo una fabulosa colección de un vestido para bodas de verano y otro para bodas de invierno (zapatos incluidos)

    ResponderEliminar
  3. Yo, que suelo andar por la vida de trajes, camisas y corbatas, lo que me encanta es la ropa hippy y las alpargatas de lona ... y es que soy un frustrado ;)

    ResponderEliminar
  4. Modestino, nos pasa a los que tenemos que trabajar cara al público. Yo tengo que cambiar mis preferencias de bohemia parisina por algo más "mono"

    ResponderEliminar
  5. ¿Bodas?¿Bautizos?¿Comuniones?. Eventos propuestos por una sociedad ¿suciedad? de consumo. El anhelo de los padres en quedar bien ante los familiares y amigos(éso si han acabado de pagar los gastos de la comunión).Además los contrayentes quieren piso (montado por completo,por encima de sus posibilidades. Además de un viaje al Caribe o a Nueva York.yo me casé de alquiler y con cuatro trastos y he sido muchos años muy feliz. Ahora se casan en julio y se divorcian en septiembre,porque no pueden soportar una vida en común.Donde normalmente ,no hay fiestas,viajes,y se ha de llevar una casa con todo lo que ello conlleva jajajajaja,hay que lavar hacer comidas (éso lo hacía la mamá)En fin que la verdad ¿no será que estamos engañando a nuestros hijos?

    ResponderEliminar