martes, 17 de enero de 2012

LA VERDAD NO ES MALA


Por todos es de sobra sabido que el gordo de la lotería de navidad cayó en mi tierra, no estoy descubriendo nada nuevo.
Todos nos alegramos por esas personas, que con apuros económicos, recibieron un buen empuje para sanear sus maltrechas cuentas bancarias y, quien más quien menos, conoce a alguien que fue agraciado con el premio.
He hablado con muchas personas sobre el tema, pero sólo con una, con la que me unen muchos años de amistad hemos dicho realmente la verdad de lo que sentimos: tenemos envidia.
¿Quién no la tiene? A todos nos iría bien un extra de dinero como se suele decir “para tapar agujeros”, o simplemente para darnos un capricho.
No sé por qué nos cuesta tanto decir que nos da envidia el hecho de que personas cercanas a nosotros hayan tenido suerte; ¿tan malo es decir la verdad?. Somos humanos, somos egoístas, vivimos en una sociedad que se centra en el yo primero, yo después y para terminar yo.
Hablamos con los demás de a quién le ha tocado la lotería; en una ciudad tan pequeña como ésta, sabemos hasta la cantidad que le ha correspondido; pero en nuestro interior pensamos en lo que haríamos nosotros con ella.
No creo que sea tan malo reconocer que nos molesta que la suerte nos haya dado la espalda. Podemos seguir diciendo que nos alegramos por esas personas que han sido afortunadas, pero del mismo modo, podemos decir que nos da envidia no haber sido una de ellas. No es tan malo decir la verdad de lo que sentimos.

1 comentario:

  1. Te doy la razon Pilar pero aoparte de la envidia (sana o no, es envidia) tambien hay hipocresía. El decir lo que no se siente con una sonrisa en la boca es hipocresía. A mi si me hubiese gustado que te hubiese tocado un biuen pizco. Y te habría envidiado hipócritamente

    ResponderEliminar