lunes, 19 de diciembre de 2011

UN MUSLO DE POLLO

Lo que quiero contar es simplemente algo que me ocurrió y que aún está dando vueltas en mi cabeza.
El viernes pasado quedé con un amigo a tomar un café; estuvimos conversando sobre varias cosas que no vienen a cuento. Nos despedimos y me dirigí a una tienda de alimentación que hay debajo de mi casa.
Antes de entrar me encontré con un conocido, algo habitual en una ciudad pequeña como ésta.
Mientras hablábamos, la gente entraba y salía de la tienda.
Un señor de unos cincuenta años pedía dinero para poder comprar algo. Nadie le hacía caso, todos iban demasiado deprisa para atenderle y, me imagino, que muchos irían con el dinero justo para hacer la compra.
Vi como se iba poniendo nervioso; tanta gente entrando y saliendo y nadie parecía percatarse de su presencia.
Varias veces se acercó donde estábamos hablando y nos pidió dinero, pero nosotros seguimos con nuestra conversación, algo que nos parecía lo más importante en aquel momento.
Al final nos separamos, deseándonos lo mejor para estos días y yo me dispuse a entrar en la tienda.
Aquel hombre, que hasta entonces había estado pidiendo dinero me agarró del brazo y me dijo: "Por favor, sáqueme algo de comer".
No sé si fue el tono desesperado de su voz, los nervios que tenía al ver que nadie le hacía caso, pero al entrar en la tienda me puse a mirar qué era lo que podía comprarle.
Al final opté por un muslo de pollo ya guisado con patatas y champiñones; 1'50 euros. Compré el resto de las cosas que necesitaba y salí.
Ahí seguía pidiendo. Me acerqué y le dije: "Tenga"; me miró y con una pequeña sonrisa me dijo: "Muchas gracias, señora".
En ese momento pensé que me había equivocado al comprar aquello; quizá alguna torta, algún paquete de galletas y otra cosa hubiera sido mejor; pero pensé que lo que había cogido le serviría, por lo menos, para comer un día.
Desde entonces, sigo pensando que me equivoqué en la elección, pero ahora ya no puedo hacer nada. Simplemente espero que, en algún sitio, haya podido encontrar a alguien que le preste un minuto de microondas para calentarlo y comérselo.
Siendo como soy, seguiré dándole vueltas a la cabeza y preguntándome si estuve acertada con la elección de la comida.

3 comentarios:

  1. La gente, aunque esté en situación de precario como ese hombre, tiene bastante capacidad de reacción: seguro que encontró la forma de solventar el problema.

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  2. Hoy le voy a pillar la vez al compi de comentarios.espero no me tome manía y sepa seguir la broma Jajajaja. Has tocado un tema que a mi me produce ronchas.Te diré yo por natural soy bondadoso, pero no le doy a nadie.Viven mejor que la gente que de buena fe les dan.Voy a generalizar,que puntualicen los demás. Cuando yo era pequeño (soy ya mayor y jubilado. Se murió en el quicio de una puerta un ser con miseria encima y desastrado que iba con un saco y una bicicleta.Dormía en el saco y murió encima de él.Resultó que los papales eran escrituras de propiedades de los solares de Valencia. Estaba sólo como un perro en la calle pasando frío y era millonario.Excuso decir que se murió "el tío solares". Yo vivía cerca de lo que aquí existe "La casa de la caridad" bajo de mi casa(de soltero) había un bar que iban todos ellos. Los comentarios entre ellos eran de mofa hacia los tontos que les daban.y solían sacar entre 1.000 y 2.000 pesetas diarias.Esta gente cuando no tnía ganas de "trabajar" se iban a dar sangre y les pagaban entre 700 y 1.200 pesetas ,según donde fueses. Mas tarde con mas de treinta años una radio (Valencia de la SER ) le ofreció trabajo a uun indigente que pedía en la puerta de un cine de estreno y les dijo " en casa pedimos conmigo cinco personas sacamos un promedio de 3.000 pts diarias por cabeza"¿Ustedes trabajarían por menos?.En la calle de al lado vivía una pareja con una persona mayor (no anciano) que pernoctaban en un solar en una chabola de cartones y madera con un carro y una caballería.En la calle de al lado tenían dos pisos alquilados y un mercedes en su garaje Sus hijos estudiaban internos. En Sevilla hay un semáforo que lo alquilaban al año por un millón de pesetas Yo he dado bocadillos que han acabado en la basura.Lo siento visto lo visto no le doy a nadie y me repugna el no hacerlo pues mi natural no es así .Pero me molesta mas que se rían de mi buena fe.Es muy doloroso pero es así

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  3. Vaha historias, realmente no hay quien entienda a algunos. Un saludo¡¡¡

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