miércoles, 28 de diciembre de 2011

MIS OJOS DE NIÑA

Cuando llegan estos días y todo cambia, no puedo por menos, volver a verlo todo con ojos de la niña que un día fui.
La ilusión de que mi casa sea la más bonita del mundo, iluminada con las luces del árbol, con el belén colocado y, cada día, acercando a los reyes hasta que lleguen al portal.
Es fácil volver a ser lo que un día fuimos y dejarnos contagiar por esa inocente alegría que da el no saber, el soñar, el creer que existe la magia.
En mi cuerpo de mujer está el alma de la niña con coletas que se despertaba temprano para ver lo que habían dejado los reyes, esos señores que había visto en el balcón del Casino la tarde de antes y a los que había hecho promesas que antes o después acabaría por no cumplir, pero que las había hecho de corazón.
Cuando las coletas desaparecieron y la magia se fue con ellas todo cambió, excepto una mañana: la del 6 de enero. La mañana de la ilusión, la mañana en que los sueños se han hecho realidad, la mañana en que mi zapato sirve para algo más que para poner el pie.
Cuando crecemos, la navidad trae alegrías y penas: el recuerdo de los que ya no están, un cierto sentimiento de soledad, nostalgia de tiempos pasados…
Pero como todos los años, en enero, volveré a ponerme las coletas y junto a la peque que hay en mi casa descubriremos que, por un día, los sueños se hacen realidad y la niña que hay en mí, volverá a sonreír y pensará que, por un día, es maravilloso volver atrás.

1 comentario:

  1. Que lindo es sentirse niño de vez en cuando el saberse querido y hacer esas tonterías que hacen los niños. Que bien vistas no son tales. El ponerse en su piel y estar con ellos compartir sus alegrías,sus penas. Por que su mundo es un mundo muy pequeño.Pero es idéntico al nuestro solo que a otra escala.La angustia y el sufrimiento llega lo mismo. Nos ahoga pero ellos intentan vivirlo de la mejor manera posible. Mi admiración a esos ojos de niña y a esas coletas. Ahora ya sabes lo que es ser mayor

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