viernes, 9 de marzo de 2012

DECIR NO

Cuando somos pequeños nos enseñan a decir no a las personas que no conocemos y nos dicen que vayamos con ellos, a los extraños que nos dan un caramelo en la puerta del cole, a todo aquel que no pertenece a nuestro mundo. Todo ello lo cumplimos al dedillo por el miedo que nos han inculcado.
Llega la adolescencia. Entonces nos enseñan a decir no a las drogas, al alcohol y al tabaco. Pero somos rebeldes y queremos saber por qué tenemos que decir ese no; así que lo probamos. Por lo general nos tomamos un par de copas y terminamos en casa llorando, borrachos, enfermos, pidiendo perdón a nuestro padres que nos ayudan a llevar ese "mal trago". Ha sido nuestra primera vez. Fumamos un cigarrillo a escondidas, nos mareamos y algunos seguimos fumando mientras otros no lo hacemos.
Cuando somos adultos nosotros somos los que decidimos cuando decimos no. Probablemente lo digamos más veces de las necesarias y en las ocasiones menos idóneas. 
Volvemos a repetir la historia con nuestros hijos y les enseñamos a decir no. Ya no decimos no a los extraños, ahora hablamos con ellos y pasan a ser nuestros amigos, así vamos ampliando nuestro mundo. Tampoco decimos no al alcohol, "una copa de vino es sana". Pero creo que lo principal es que muchas veces decimos sí cuando en realidad la respuesta es no; y dejamos pasar el tiempo, y con él que se olvide nuestra promesa. No somos libres para decir no. La sociedad y las circunstancias que nos toca vivir a cada uno nos obligan a decir no, cuando queremos decir lo contrario.
Me gusta decir no. Pero un no verdadero; simplemente porque no quiero, porque no puedo, porque no va con mis ideas, porque quiero decidir yo. Pero visto que no está bien considerado decir un no tajante en según que circunstancias, me quedaré con el lenguaje de mi tierra  y en lugar de no, diré "sí, de cojón", siempre daré lugar a que el tiempo lo borre.

2 comentarios:

  1. Es verdad qwue de pequeños nos enseñan a decir que no a ciertos aspectos de la vida. Nos inculca una serie de valores negativos para que no nos equivoquemos, no suframos. Ello de lguna manera nos ghace odiar a quien nos lo dice, pues nos prohiben hacer algo que nosotros deseamos hacer.¡No fumes! y en cuanto podemos,lo hacemos. Las mas de las veces continuamos por ir en contra de ese no.¡No enttres en el mundo dela droga,alcohol,tabaco ! y entramos las mas de las veces caemos en ello por ignorancia o por ir en contra del sistema. Yo me he emborrachado,fumado ,fumado porros y no me ha pasado nada soy una persona normal. Ahora ni fumo nada ni bebo convulsivamente. Probé cada cosa en su momento. Lo hice de una manera natural y deje de hacerlo por que no tenía sentido tomarse dos copas o un porro para pasarlo bien. Y ¿Saben por que? Por que tuve una perasona que me educó de una manera que me enseñó que el equivocarse es bueno,que asi se aprende a saber que es lo bueno y que es lo malo. Que la felicidad está dentro de mi,yo decido cuando y como ser feliz con lo que poseo , con mis valores sabiendo ver y gozar de los valores de los que me rodean. No prohibamos enseñemos y aprendamos saber decir no a nosotros mismos así si nos equivocamos sabremos si nos han enseñado bien por que saldremos adelante con una lección bien aprendida

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  2. Ya lo dice la frase: "La prohibición despierta la curiosidad"...
    Desde que nacemos vamos descubriendo cosas... constantemente...
    Y lo prohibido es muy excitante y sugestivo.

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