viernes, 17 de febrero de 2012

ADIÓS

Cuando el corazón está roto en mil pedazos, cuando sientes que parte de tu vida se ha ido en un suspiro, cuando gritas y gritas no al cielo pidiendo una explicación, cuando las lágrimas terminan por agotarse, cuando llamas a alguien que ya no responde y sigues a su lado esperando una respuesta que nunca más llegará, cuando sientes la soledad más profunda, es el momento de decir adiós.
Difícil palabra para decir a quien te ha dado la vida, a quien ha estado a tu lado en todos los momentos tanto buenos como malos, a quien te ha hecho persona.
Difícil palabra para quien te dio la mano en tus primeros pasos, a quien curó tus heridas, a quien rió contigo, a quien se alegró de tus triunfos y te apoyó en tus fracasos, a quien vivió y luchó por ti.
Soltar esa mano que has agarrado tantas y tantas veces y que siempre estaba ahí, esa mano fuerte que soñó contigo, que nunca te dejó caer y que, cuando lo hiciste te levantó, esa mano que más tarde se volvió frágil y delicada pero que seguías buscando y siempre encontrabas, esa mano que nunca olvidarás porque acariciaba tu pelo como nadie lo hacía ni lo hará, esa mano que te trajo a la vida y te enseñó a conducirte por ella, esa mano que ahora descansa porque ha terminado su labor y te deja para que sigas tu camino en la vida, convencida de que caerás y te levantarás, que continuarás tu lucha diaria, que seguirás soñando y viviendo, que habrá otras manos más pequeñas a las que tú ahora deberás enseñar.
Difícil momento, maldito momento en que te tengo que decir adiós mamá y soltar tu mano para siempre.

1 comentario:

  1. Que difícil es decir adios a un ser querido pero a una madre es imposible.
    El corazón sangra y las heridas permaneceran abiertas para el resto de tu vida.Las palabras de consuelo no sirven de nada, tu mente las escucha y suenan vacias.
    El amor de una madre solo se puede comparar al de un hijo porque los dos son únicos, generoso, e individual.
    El sentimiento de soledad cuando tu madre se va se incrusta en tu alma tengas la edad que tengas y solo los recuerdos lo pueden calmar.
    ¡La vida sigue ! te dicen, ¡Es ley de vidad! te repitén y tú los escuchas pensando ¡ es verdad, pero mi madre ya no está.

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