miércoles, 17 de abril de 2013

TAN CANSADA Y TAN HARTA

Tengo la suerte de tener un trabajo que, además, me gusta. Pero ya estoy muy cansada y muy harta.
Este es el país del botijo y la pandereta y, entre todos, estamos dejando que sea así.
No sé ni por donde empezar. Me vienen a la mente los amig@s que tengo en el paro y que viven con una ayuda mínima. Amig@s a los que no puedo ayudar porque tengo una hipoteca que pagar y una hija a la que dar de comer. Mi pareja y yo podemos vivir con cualquier cosa. Mi única consuelo es invitar a mis amigos a mi casa y ofrecerles  lo poco que tengo y procurar pasar un rato olvidando todo aquello que nos quita el sueño.
Un paquete de cromos para mi hija supone un gasto extraordinario, sí señores, un euro es un gasto extraordinario, porque equivale a una bandeja de salchichas para comer.
Estoy harta de políticos corruptos, millonarios de tres al cuarto que se ríen en nuestra cara diciendo que la situación está mejorando; será la de ellos, porque la mía sigue exactamente igual: esperando que llegue una buena racha y poder pagarle al banco lo que le debo.
Vuelvo a repetir que tengo la suerte de tener un trabajo que me hace sentir útil y proporciona dinero para vivir. Y con todo ello, tengo que aguantarme y ver la cantidad de sinvergüenzas que proliferan en este país con cuentas en paraisos fiscales, con sueldos de cifras que no sé ni escribir y con una falta de humanidad y moralidad que hace que me plantee hasta qué punto estoy contribuyendo con mi actitud a que las cosas sigan así.
No sé si existirán políticos honrados o no; si las personas que tienen dinero tendrán también corazón; pero mi experiencia me dice que no.
Metida como estoy en un proyecto solidario para ayudar a los niños de mi ciudad para que tengan un desayuno digno, he visto como, tras enviar mensajes pidiendo un poco de solidaridad, sólo han respondido aquellas personas que se encuentran en la misma situación que yo e incluso peor.
Ya no soporto ni ver las noticias: la casa real corrompida hasta extremos inimaginables, los políticos riéndose de aquellos que no tienen un techo, de los que tienen que irse a otros países en busca de una vida digna, mientras ellos llenan y llenan sus bolsillos.
Famosillos de poca monta que hacen el agosto con trapicheos para luego proclamar a los cuatro vientos su inocencia y pedir una protección que pagamos entre todos.
Nadie en este país conseguirá nunca que las cosas mejoren, ( si hasta las víctimas del terrorismo están en decenas de organizaciones). No somos capaces de unirnos para luchar contra aquello que, lentamente, nos está matando y está arruinando las pocas esperanzas que, a veces, creemos tener en un futuro mejor.
Doy gracias por el trabajo que tengo, ya no por tener un sueldo, sino porque mi cabeza permanece ocupada en otras cosas y no tiene pensamientos extraños y peligrosos como les ocurre a muchos de los parados o desahuciados que conozco.
El día que todos consigamos unirnos como los "poderosos" ese día conseguiremos algo y pasaremos a poder manejar este país que, lenta y pausadamente, nos está llevando al abismo.

1 comentario:

  1. La pena de todo esto que esta pasando es la desunión, el sálvese el que pueda, claro -piensan muchos como a mi no me afecta-, no se dan de cuenta que mañana pueden ser ellos, pero bueno que sigan así con esos pensamientos, que sigan mirando hacia otro lado...con un poco de compromiso todo se consigue, pero compromiso, no viendo la Tv y arreglando las cosas en el bar, otro gallo nos cantaría. Mucha verdad y aun podría haber mas.

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