Nadie más que uno mismo sabe cuales son sus
sufrimientos y sus penas; ese puñal clavado en el corazón con el que se levanta
cada día, que le acompaña a todas horas, que le hace soltar alguna que otra
lágrima.
Todos hemos perdido a alguien en esta vida y
lloramos su ausencia, rogamos por tener un minuto más para estar con ellos,
porque todo haya sido una horrible pesadilla de la que nos vamos a despertar.
Pero en nuestra vida cotidiana se nos plantean
situaciones que, aunque parezca mentira, nos hacen reír, disfrutar de esos
pequeños momentos que son mágicos, que hacen que la comisura de los labios se
eleve y nos volvamos a sentir felices. Y ahí viene el problema, ¿cuándo
consideramos un tiempo prudencial para volver a sonreír?.
Nuestro corazón está triste, los recuerdos se
agolpan en nuestra mente y creemos que no tenemos derecho a volver a reír, a
que nada haga que ese dolor desaparezca de nuestro ser.
No hay un tiempo de luto concreto, el dolor de
algunas pérdidas se lleva para siempre, pero debemos volver a reír, volver a
sentir alegrías, volver a vivir. Nadie puede decirnos que no debemos disfrutar
de la vida; antaño quedó el año de luto que se mantenía. Ahora es el momento de
pensar en cómo nos gustaría que nos vieran esas personas que ya no están con
nosotros. Con toda probabilidad nos pedirían que sonriéramos, así que
hagámoslo: seamos felices por ellos, pero sobre todo, por nosotros. Nuestro
corazón seguirá triste y aprenderá a vivir con el vacío, pero en nuestra cara
debemos reflejar una sonrisa, es la mejor manera de continuar y rendir un
pequeño homenaje a los que nos dejaron, ellos también nos devolverán la sonrisa
desde allá en donde estén.
La pérdida de unos seres queridos nos lleva a una sensación de vacío y soledad,una porque y no están con nosotros. La otra es, por que sirven deapoyo tanto espiritual como material. Siempre están ahií para darnos su apoyo incondicional y cuando nos dejan por ley de vida, el vacío que se siente al mirar atrás es incomensurable. Lo cual no obvia que debamos de vivir nuestras vidas,nuestras alegrías,nuestras tristezas ya que al fin y al cabo ya es nuestra historia. Aunque siempre tenemos un rincón para llevarlos con nosotros dentro
ResponderEliminar